Sobre el IVA cultural, por Ricardo G. Zaldívar

Os dejamos unas palabras sobre la realidad de la subida del IVA cultural que, amablemente, nos ha regalado Ricardo García Zaldívar, Presidente de Attac España
Muchas gracias por tú colaboración.

Nuevas muestras de sadismo social: sube el IVA cultural.

Este 1 de septiembre ha entrado en vigor la subida del IVA decretada en julio por el gobierno de Mariano Rajoy, medida que si ya es rechazable en su conjunto, resulta aún más inadmisible por desproporcionada en el mundo de la cultura. Una subida del 8 al 21% para las entradas de cine, teatro, circo, conciertos y exposiciones ha convertido a España el país de la zona euro con mayor IVA aplicado a espectáculos y eventos culturales. Nadie duda que ello va a influir negativamente en el ya preocupante bajo nivel de acceso a la cultura de la población española, en comparación con nuestro entorno europeo. Pero aún mayor va a ser el daño provocado en el colectivo de trabajadores de un sector económico como el de la cultura que da trabajo a medio millón de personas y al que va a castigar con un desempleo mayor derivado del retraimiento del gasto que sigue a toda subida de los precios.

Lo más indignante de todo es que se trata de un enorme sufrimiento social provocado desde el gobierno que puede resultar totalmente inútil y gratuito. Primero porque nada garantiza que las subidas del IVA acaben consiguiendo el objetivo declarado, que es el de reducir el déficit público gracias a una mayor recaudación impositiva. Según los cálculos del gobierno, la subida del IVA recaudaría 2.300 millones de euros este año, 10.134 millones en 2013 y 9.670 millones en 2014, pero se trata de cifras que no cuantifican adecuadamente el retroceso de la actividad económica que se va a derivar de la contracción del consumo. Podría suceder que la recaudación fuese mucho menor que la estimada, por ejemplo al desplomarse un consumo como el de la cultura, del que se puede prescindir si los precios suben como consecuencia de mayores impuestos y hay dificultades para llegar a fin de mes. Pero es que además, la reducción de empleo en los sectores afectados por el retraimiento en el consumo, como va a ser el caso del de la cultura, puede acabar suponiendo una menor recaudación en el impuesto de la renta (IRFF), provocada por la reducción de renta de los trabajadores que van a engrosar las filas del paro, y simultáneamente, un mayor gasto público en las prestaciones por desempleo.

Hay que resaltar que la ciudadanía cada vez entiende menos que se castigue con una subida de trece puntos en el IVA de las entradas de cines y teatros mientras las finanzas siguen escapando de cualquier intento de aplicar un IVA de de sólo un 0,1% a las transacciones, como supondría la introducción de la Tasa Tobin, esa exigencia histórica de Attac que ahora han pasado a defender hasta la misma Comisión Europea con su directiva de Impuesto a las Transacciones Financieras, (ITF). O que se siga recortando dinero público para la sanidad, la educación o las pensiones, mientras el Estado se endeuda para transferir miles de millones de euros con los que salvar a una banca privada culpable y en apuros.

Es verdad que cada vez hay mas signos visibles de que se están alcanzando cotas muy elevadas en la rabia contenida de los actuales parados, y también de los que sienten la amenaza, en un país como España donde el drama social del desempleo afecta ya a uno de cada cuatro personas que quieren trabajar. Porque muchos y muchas ciudadanas están empezando a descubrir con sorpresa e indignación que este “imprescindible y acelerado” objetivo de reducción del déficit público, que según declara Rajoy ha “obligado” a su gobierno a tomar medidas no contempladas en su programa, responde en realidad a una estrategia económica totalmente equivocada que va a llevar a un país como España al suicidio colectivo, y que, por el camino, tanto sufrimiento social está provocando con la aplicación de unas políticas de austeridad presupuestaria basadas en los recortes sucesivos,

Porque el hecho es que pese al sadismo social desplegado por el gobierno español hacia los más desfavorecidos, lo único conseguido por el momento con los recortes ha sido arrastrar a la economía española a una profunda depresión de la que nos costará salir muchos años. Pues como afirma acertadamente el profesor Vicenç Navarro “(…) estos recortes no conseguirán lo que en teoría intentan conseguir. Es decir, no alcanzarán la reducción del déficit a la que aspiran, ni lograrán la famosa “confianza de los mercados”, ni estimularán la economía. (…) los recortes, que indudablemente tendrán un impacto en reducir el crecimiento económico, tendrán también un impacto negativo en la recaudación de ingresos al Estado. (…) Como el recorte hace disminuir los ingresos al Estado, el déficit público puede mantenerse tal como está o incluso aumentar1.

El futuro que nos espera puede ser aún más sombrío si se acaba materializando la pérdida de soberanía económica y política que implicaría el mal llamado rescate, ese que el gobierno de Rajoy, según nos quiere hacer ver, se verá forzado a “solicitar” antes que finalice el año. Las contrapartidas de ese rescate consagrarán -sin apenas posibilidad de dar marcha atrás- un nefasto modelo de austeridad económica que no es otro que el que Alemania está empeñada en imponer a la periferia sur de Europa. Incluye medidas que ya comenzó a aplicar en España el gobierno de Zapatero –pretendidamente para evitar el rescate-, y que el gobierno de Rajoy ha continuado aplicando con mucha mayor convicción por considerarlas las más convenientes. Pero se trata de un modelo que ha resultado desastroso no solo para Grecia, Portugal e Irlanda, países ya “rescatados” como podemos estar pronto España e Italia, sino incluso para la propia Alemania, pues la recesión económica de los países del sur tiene que terminar por afectar a una economía como la alemana que ha basado su modelo de crecimiento en las exportaciones.

¿Hasta cuando una ciudadanía cada vez más empobrecida y sufriente pero también más combativa va a seguir permitiendo que la Europa neoliberal imponga su lógica y sigan lucrándose con la crisis quienes en opinión de Attac la han provocado, esto es, el capital especulativo y la gran banca, especialmente la alemana? ¿Hay quien dude todavía que frente a este sadismo social Hay alternativas? Existen y además hace tiempo que están escritas2.

2 de septiembre de 2012.

Ricardo García Zaldívar
Presidente de Attac España